29 de abril de 2013

MIRAR AL CIELO, ES DUDAR DE LA OMNIPRESENCIA DE DIOS.



Uno de los grandes problemas del humano, es la humanización de todo cuanto le rodea incluyendo sus ideas sobre Dios. Muchas son las interpretaciones y en consecuencias las tendencias religiosas que hablan de un mismo Dios pero nunca llegan a estar de acuerdo en que “si es tres en uno”, “uno en tres”, “solo uno”, “Cristo es Dios”, “Cristo es hijo de Dios”, “un Dios grande y un dios pequeño”, casi todos creen en una condena, un castigo, unos celos y una ira de Dios hacia el humano, muchos afirman que solo castiga a quien ama, dicen que si un padre quiere lo mejor para su hijo mucho mas Dios para su rebaño, pero ese mismo rebaño debe hasta despreciar su condición animal para ser digno de estar a su lado. Al Dios que tanto le respetan y temen, en casi todos sus discursos o sermones, les es imposible  no nombrar a su ángel predilecto en tantas veces como a Cristo o Dios, se le llega a poner de iguales e incluso dejar el reino exclusivo de este mundo al demonio y otro trono en el cielo prometido dirigido por Dios.
No soy quien, ni tengo el conocimiento para aclarar toda esa confusión entre las religiones y doctrinas, doctrinas para aquellos ofendidos al llamarles religión, en esta oportunidad solo pretendo reflexionar sobre el aspecto que a lo mejor incide sobre los ya nombrados; como lo es la omnipresencia de Dios.
Suponer a un Dios hecho hombre, que vino a morir por nosotros, plantea una doble interpretación sobre el punto, pues si puede estar en todos lados, cual es el problema de que esté como hombre y a la vez que esté como Dios, por otro lado, si es el mismo, descarta lo del sacrificio de un hijo por su padre, en los términos del sacrificio que para un humano representa y de justificarse, que es él sin dejar de ser Dios, dará a toda creación sus propias características de Dios, si se plantea que era el hijo  el sacrificado y allá en otro lado estaba el padre, plantea una división de Dios; en una parte que controla y predestina todo y la otra que lo deja todo en sus y a sus designios, evidentemente no hablamos de la misma entidad y nos ubicamos en situaciones y lugares distintos, contradictorio al concepto de omnipresencia.
Más allá de estos planteamientos y  cayendo en el plano terrenal, es muy común oír hablar de un cielo, un paraíso o un lugar especial donde está Dios y a donde llegaremos o llegarán los salvados. Hace poco se habló mucho sobre una partícula que supuestamente nada tiene que ver con Dios pero que si tenía esa característica parecida a la omnipresencia en todo lo existente en el universo, llamada “la partícula de Dios”, si nos referimos a ella difícilmente entramos en contradicción al afirmar que está en todo y en cada lugar  pero entraríamos en contradicción al afirmar que es una partícula la que está en todo y en todos los lugares. Claramente, esta idea nos da luz sobre las teorías anteriores, de como Dios siendo único puede estar en todo y todos los lugares a la vez, entendiendo que Dios no es de este mundo físico por lo tanto no sería aplicable, más este ejemplo físico, nos detalla que de poderlo hacer cualquier cosa, hecho, persona, espacio o lo que sea obligatoriamente tiene la esencia, las características y el poder de Dios por ser lo mismo, de negar esa posibilidad estaríamos hablando de que dios está en características similares en todas partes y lugares pero sin ser lo mismo; o sea: cada persona sería un Dios pero no serían todos el mismo Dios, tal como ocurre con la partícula tendríamos exactamente las mismas características pero seriamos distintos cada uno del otro, en esencia lo mismo pero distintos.
Si alguien tiene claro que teoría es la correcta puede aclarar mi indefinición en el tema, pues en todas las agrupaciones observo como dicen que Dios es omnipresente pero le buscan en distintos lugares, sin aclarar lo anterior y con dichos planteamientos quiero creer en un Dios que está en todo, en todos, en cada cosa y en cada lugar, quiero creer que Dios está en cada idea que pasa por mi mente, por cada movimiento de mi cuerpo y en cada acción de mi persona, no quiero creer en un Dios que me sancionará por lo que hago bajo su control y con su presencia, quiero pensar que mis errores y mis maldades, si es que las hay son para algo y son necesarias, creo en un Dios que no se deja sabotear y menos destruir su creación y si lo han notado la palabra con la que nombran al demonio no ha sonado a lo largo de este texto y la que uso solo dos veces a sonado, por lo que sigo sin comprender porque en los sermones de los que sí saben suena tanto.

28 de abril de 2013

EN VENEZUELA, LA CULPA ES DEL REPTIL.



Las diferencias políticas son normales y naturales en cualquier país del mundo, en Venezuela las hemos tenido siempre y nunca afectaron las relaciones entre clases sociales, entre amigos, entre familiares o entre naciones.
La realidad política en Venezuela es compleja,  no por las características de los sistemas que se oponen y luchan por el  control del poder, sino por las desviaciones morales y legales en las que incurren los que desde hace largo tiempo son los responsables de la imagen, el sentir y la solución a los problemas que se supone  debieron resolver con dicho modelo planteado y que reemplazaría  en ese mismo periodo los males del sistema  en supuesta decadencia, pero  que hoy vemos  multiplicados en efectividad negativa.
La sociedad es un edificio que se construye con  infinidad de piezas que encajan a la perfección sin perder cada una su individualidad y particularidad, el tema político, que trasciende más allá del fanatismo, en un país de cultura democrática, donde a lo largo de la historia, se han afianzado esos valores e importancia de los mismos con sabiduría y respeto por las opiniones o tendencias encontradas, hoy por la violación a esos mismos valores desde uno de los grupos protagonistas en un nuevo hecho electoral, se sacuden con mucha fuerza, esas bases que  definen la delgada línea entre la tolerancia y la violencia, se agranda la brecha lógica entre la razón y la mentira, se llega al extremo de cerrar los ojos de un lado mientras los otros muestran un camino, se tapan los oídos mientras desesperadamente los otros piden auxilio y les explican lo que ocurre, se estrechan las diferencias entre la necedad y la ignorancia, logrando con ello una mezcla explosiva que atenta contra la edificación robusta  que por años hicimos los venezolanos, ya no es el tema político o ideológico, se rozan peligrosamente la ilegalidad con la impunidad para aplastar a la legalidad y a la razón con la bota ilegitima de quien viola y fractura a la columna vertebral de todo estado de derecho y a cambio toma las armas. Una sociedad bajo estas circunstancias, supone la unión, la lucha por una misma causa que garantice su estabilidad y existencia como tal, al tener como guía el beneficio colectivo, que a la larga se traduce en individual, pero nunca lo que ocurre en mi país, donde los que apoyan la barbarie buscan el beneficio personal en sacrificio del beneficio colectivo que al final les afectará de igual manera, llegando a pensar en mi caso que la elegancia y madurez de la que disfrutamos quienes como antes nos agarramos de la constitución y las buenas costumbres, somos de otra especie, muy distinta a los que parecen humanos pero carecen de la neo-corteza, pareciera que el nivel reptil siempre va a ser el causante de los males de la humanidad, a la que no escapamos los venezolanos. 

27 de abril de 2013

VENEZUELA, LA FUERZA DE LA RAZÓN.


En Venezuela, se viven momentos difíciles, de contradicciones pero a la vez de muchas esperanzas, los venezolanos se ven de frente, argumentando algunos con lo que les cuentan y otros por lo que razonan, inevitablemente todos mirando hacia atrás; el opositor por aquella Venezuela de antes de Chavez que les abre el futuro muy parecido a lo que ya dejamos y el Chavista por esa Venezuela donde mandaba o gobernaba Chavez, pero definitivamente en su mayoría en contra de lo que hoy no es el gobierno que todos quieren, donde todos saben, que no es mejor que lo dejado, ni mejor que lo esperado.
                El gobierno venezolano, acusado por la oposición de ilegítimo, en una serie de actuaciones contrarias a las exigencias naturales de una sociedad despierta, llena de necesidades y potencialidades, pareciera estar propiciando el caos o la ingobernabilidad para justificar los fracasos que obligatoriamente deben ocurrir a causa de la mala gestión y la mala interpretación del fenómeno político actual.
En el pasado inmediato, era claro el mandato de un individuo y la existencia de un estado de derecho, donde indirectamente se le burlaba muy disimuladamente para mantener esa sensación de un estado fundamentado en la constitución; antes de Chavez y con Chavez todos sabíamos que mandaba el que fuese presidente, hoy no está claro quién manda y menos quien gobierna. Los venezolanos, ya desconocen si el gobierno es nacional o es extranjero, son muchos los rumores y son muchas las reflexiones sobre la conducta de quienes toman las decisiones, que en oportunidades nos dejan con la boca abierta por lo insólitas e inesperadas de las mismas.
Para gobernar, un individuo debe tener la capacidad de mandar y ese mandato tiene la finalidad de ejecutar las políticas a seguir por todos, fundamentado siempre en la constitución y todas las leyes que de ella se derivan, por otro lado el mandato no debe improvisarse, debe tener un fundamento administrativo derivado de la planificación, pensada en la realidad del país, el estado y la nación. El actual mandatario, no logra mostrar su capacidad para gobernar y menos en medio de tantas mentiras demostradas en su plena difusión, está claro que su legitimidad no existe y eso crea un vacío en su aceptación por quienes deben obedecerle, los árbitros, guardianes y los jueces que según la constitución no deberían actuar como lo hacen, estimulan la rabia y sentimientos de impotencia entre quienes vienen haciendo las cosas según las exigencias de esos mismos organismos, se alimenta con mucha energía la posibilidad de que estalle un pueblo que ve, oye, siente y vive cada situación de forma muy distinta a lo que se pretende hacer creer en el discurso de los que están tratando de manipularles y que precisamente son los dueños del poder que les reprime sus ideas y sus acciones, bajo el amparo de las armas, de las ideas de quien murió y en una Venezuela que en nada se parece a la de hace tres meses.
Somos una fuerza gigantesca, que en la historia ha sabido dejar constancia de ello y con la paciencia que nos caracteriza aguardamos como dice el viejo dicho, del personaje aquel de por estas calles Eudomar Santos: “como vaya viniendo vamos viendo”, tenemos esa gran energía que otorga la razón, está al borde de esa rabia contenida por la sabiduría y alimentada por los abusos y violaciones a la espera de una señal que nos diga “adelante a luchar milicianos a la voz de la revolución” frase del himno de acción democrática que bien puede ser usada por los que aspiramos a una mejor Venezuela y los que por una revolución cayeron en donde estamos. 

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