La conducta humana
tiene entre sus características el acostumbrarse a situaciones favorables o no
pero que de alguna manera son repetitivas y tan frecuentes que no permiten
poderlas olvidar de nuestra memoria temporal y al pasar del tiempo pasan a ser
parte de nuestra memoria a largo plazo. Este
fenómeno, no distingue entre lo bueno y lo malo, sencillamente el individuo
permite que ocurra o no, donde influyen muchos factores, por lo que aun estando
consciente de que no o si debe hacerse, inevitablemente ocurre las veces
necesarias para convertirse en costumbre.
Ahora bien, cuál es el problema o la
ventaja de las costumbres; hacer algo bueno o no varias veces tiene sus
consecuencias lógicas y normales de todo acto humano, mientras que las
costumbres llegan a ser parte de la vida y pueden hacer falta a pesar del daño
que ocasionen. Las costumbres se dan durante una etapa, toda la vida de una
persona o a lo largo de varias generaciones aunque estas últimas tienen unas características o
toque cultural que les hacen más complejas de abordar como problema individual.
El individuo debe poder distinguir entre las costumbres que le perjudican y las
que le benefician, asumiendo quedarse solo con las que les beneficien y
rechazando las que le perjudiquen.
La salud individual tiene mucho que ver con
la salud colectiva de su entorno inmediato, las costumbres perjudiciales son
detectables a través de la educación y la formación con valores personales,
grupales, de parejas, familiares y sociales. Socialmente ocurre la costumbre
colectiva de la misma forma como le ocurre a un individuo, las sociedades se acostumbran
a condiciones que no se justifican pero si se condenan, los gobiernos se
acostumbran a no cumplir y los pueblos a que no les cumplan, el ciudadano se
acostumbra a no tener y no exigir, el gobierno a no dar y maltratar, la pareja
se acostumbra a no ser amada o a ser maltratada, el obrero se acostumbra a no
trabajar y el patrón a mal pagar, los ciudadanos se acostumbran a leyes que no
se cumplen y a ver con indiferencia como su vida no es vida.
Todo lo anterior tiene como objetivo ver la
realidad venezolana y explicar el porque a pesar del deterioro social, el
despilfarro y la mala gestión gubernamental, aún quedan algunos individuos y
colectivos que le defienden, hoy vemos con dolor como quienes más maltrato y
explotación han recibido salen a dar sus vidas por un régimen que no les sirve,
no es solo el desconocimiento o la ignorancia de los valores individuales,
familiares o sociales lo que permite esta situación absurda, mucha culpa de
ello es la costumbre al régimen, es la costumbre a las malas condiciones de
vida a las que nos han llevado estos 14 años de improvisación de la quinta República
y algunos años de la cuarta República.
Dirán aquellos que leen este contenido, que esto es falso, que existen venezolanos que
nos resistimos y soñamos con otra Venezuela, a los que les digo que es muy
cierto pues soy uno de ellos, otros dirán es cierto y por eso nuestros paisanos
en el extranjero no apoyan a este gobierno. En Venezuela ocurren dos fenómenos paralelos
y cada uno conduce hacia el rechazo del chavismo y todos sus productos
incluyendo al ilegitimo gobierno actual; el primero de ellos es la educación individual
y la influencia del grupo familiar sobre la formación de los valores ciudadanos
que le permiten convivir sin ceder en sus pensamientos y costumbres sobre el
deber ser de un humano, una familia, un gobierno, una sociedad y hasta el mundo
entero. Este primer fenómeno permite estar en Venezuela hacer las cosas dentro de
lo permitido sin llegar a corromperse y por lógica desear y esperar el momento
de la libertad para aplicar lo que conoce y sabe, con el alto riesgo de ser
dominado mientras espera. Un segundo fenómeno
ocurre con los venezolanos que además de los valores y conocimientos ya
mencionados tenían la posibilidad de escapar en el buen sentido de la palabra
de esta espantosa y criminal realidad, estos Venezolanos de primera e
igualmente valientes que los que estamos aquí pero con la gran ventaja de no
ser alcanzados por lo que a muchos nos toca y nos trata de acostumbrar a lo
malo, tenían en su momento y tienen actualmente el mejor ángulo para ver
nuestra realidad pues viven lo que en teoría los de aquí tenemos, tal como nos
ocurre en lo personal desde lejos se aprecian
los detalles que la cercanía no permite. Soy venezolano y como muchos de aquí y de
allá, en todo el mundo hemos oído hablar
y queremos alcanzar aquello bien llamado
“un sueño americano” y huir de esta pesadilla cubana “CastroChavista”.
Venezuela, esta oportunidad es única y no puede pasar, debe hacerse realidad
antes de que, hasta quien les escribe pase a ser un ACOSTUMBRADO.
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