7 de julio de 2013

UN ESCULTOR CON MELODÍA...


Hoy, eres el protagonista de mis líneas, líneas en oro para plasmar todo lo que representas en mi vida, hoy quiero expresar la maravilla de tu existencia, resaltando con toda la humildad la grandeza de tu obra, obra que para ti no tiene fin, porque sabes que necesita constantes retoques de tu mágica Fe, Fe que siembras en cada uno de tus hijos, intentando hacernos sentirla, más que por ti, por nosotros.

Siempre escuchamos que vendrás , pero en realidad jamás te has ido, estas aquí, estas en cada minuto del extenso tiempo que nos obsequiaste y que nos obsequias, tiempo que llenas de momentos, momentos que siempre varían entre lo bueno y lo malo, pero que representan pruebas de tu existencia, de tu presencia, desde nuestra visión terrenal, sentimos los momentos buenos tan fugaces, y los malos eteeeeeernos…. repetitivos , pero la esencia de esas vivencias es la fortaleza que siembras en nosotros, son precisamente los momentos difíciles en los que más nos hablas, solo aquellos que nos atrevemos a regar esa semilla que sembraste en nuestro corazón llamada fe, interpretaremos esos coros que repiten: Esto pasara … resiste!!!!, no son malos momentos, cuando intentamos limpiar un jardín, es necesario quitar la maleza que crece alrededor de las más hermosas rosas , antes de ser un diamante la piedra preciosa que exhibe una joyería, es necesario retirar los excesos, pulirlo y limpiarlo, de la misma forma trabajas en tu obra, si lográramos entender que las dificultades no representan tu olvido, por el contrario significa que estás trabajando esmeradamente por perfeccionarnos, hacernos resistente, brillantes, valerosos , fácilmente los malos momentos serian fugaces y tan necesarios como los buenos, muchas veces para llegar a lo bueno tenemos que pasar por algo no tan bueno, así como los diamantes, un diamante se forma a partir de un trozo de carbón, que es sometido de forma natural, a temperaturas y presiones altísimas a profundidades de 140 km a 190 km en el manto terrestre, hasta que éste se convierte en cristales. A su vez, la actividad volcánica puede lograr que estos diamantes sean llevados a la superficie de la tierra, por medio del magma, y es por medio de excavaciones que los mineros logran encontrarlos, pero aún después de encontrados, los diamantes no lucen como los encuentras en las joyerías, pues todavía deben de ser limpiados y pulidos, a fin de que se convierta en los diamantes con brillo que todos conocemos, esa es la experiencia que Dios nos regala cada día, así es la vida misma, así trabaja el en cada obra que crea.

Soy una de tus obras, cada día escucho con más claridad tus cantos, me anticipo a oírlos, porque no dudo de tu presencia, se repiten momentos difíciles, me motiva saber que me perfeccionas, que no descansas para lograr el acabado que deseas, me regalas tu luz como guía, durante estas jornadas, su brillo me deja ver la salida de cada túnel en el que entro, no tengo miedo, sé que te encargaras de todo, sé que estas aquí, Te amo; tu presencia me llena de infinita calma, control y mucha seguridad, blindas mi alma de resistencia, de fuerza, de alegría, y cantas nuevamente para decir: siempre haré lo mejor para ti, no te apures, tengo el tiempo exacto. Respiro profundo y sonrío.

Gracias mi Dios, por hacerme entender que cuando llueven los malos momentos, es cuando más presente estas , trabajando incansablemente por el propósito que tienes para mí, manteniéndome constante, llena de ti, para seguir disfrutando de la perfección de tu obra.

Gracias mi Dios, Gracias por tan infinita entrega, por permitirme apreciar cada segundo que me regalas, cada circunstancia buena o mala que vivo, a través de ellas me recuerdas que estoy viva, que siempre, siempre cantaras para mí.


Autor:  Karina Y. Hernández

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